La sequía y la gripe, dos aliadas en invierno

La gripe en 2018

La sequía y la gripe, dos aliadas en invierno

La temporada de la gripe en las latitudes del norte comprende de noviembre a abril, los meses más fríos, siendo enero y febrero en los que más casos se suelen detectar. La transmisión de la gripe es más favorable con estas condiciones, esto es, en temperaturas que rondan los cinco grados centígrados y con una humedad del 20 por ciento, que corresponde a un ambiente frío y seco.

Falta de lluvias y altas temperaturas aumentan sustancialmente el número de virus presentes en el aire. La lluvia tiene una función que es limpiar la atmósfera, la limpia de las partículas contaminantes, pero también de las partículas infecciosas, en este caso, los virus, en concreto, el virus de la gripe es uno de los patógenos más importantes que afectan a los humanos. Eso es debido a que los tratamientos actuales tienen una eficacia limitada por la gran capacidad que tiene el virus para mutar con facilidad.

Es fácil que los virus aumenten su presencia este invierno debido a la sequía. Todo ello es debido a que este tipo de virus se propaga mejor, además, por el aire a diferencia del catarro, que lo hace mejor por el tacto. De ahí que, en los meses de invierno, que se pasas más tiempo en espacios cerrados y se ventila menos, los contagios se disparen. La gripe es más estable con baja humedad, ya que se propicia que las partículas virales permanezcan en el aire y fomenta su transmisión por las vías respiratorias.

Catarros más persistentes y casi como la gripe

Este año,  los catarros se han vuelto más persistentes de lo habitual y más graves, hasta el punto de que los asmáticos y personas que padecen enfermedades pulmonares como la EPOCasma u otras están notando más sintomatología propia de sus dolencias.

El catarro de este año se ha caracterizado por ser de vías respiratorias altas, pero con síntomas como posible febrícula, malestar general, continuo moqueo, congestión o dolores musculares. Además, debido a que no se limpia el ambiente, porque no llueve, el mismo virus del catarro puede asociarse a cuadros gastrointestinales, también propios de esta época, que se pueden repetir hasta en más de una ocasión en la misma persona.

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