La ciencia cambia de opinión sobre las almendras. Ya era hora!

La ciencia cambia de opinión sobre las almendras. Ya era hora!

Los frutos secos no engordan, sino todo lo contrario. Recomiendo encarecidamente lo último que han publicado varios medios de comunicación en los últimos días. En estos artículos hablan sobre los frutos secos y la ganancia o pérdida de peso.

Las últimas informaciones al respecto señalan que los frutos secos no sólo no están relacionados con la ganancia de peso. Incluso pueden contribuir a disminuirlo.
Además, recomiendan los frutos secos para el maridaje de platos durante esta Navidad. Eso sí, hay que elegir entre los frutos secos que lo son, no entre aquellos que parecen que son.

Las almendras, las nueces, los pistachos y las castañas, los piñones, las nueces o los anacardos son frutos secos. ¡No lo olvidéis!
Según los nutricionistas, los frutos secos aportan aproximadamente 180 kilocalorías cada 30 gramos. En cualquier caso, la ciencia recomienda su incorporación a nuestra dieta. Y es que a pesar de las calorías que nos aportan, los frutos secos nos ayudan a perderlo.

¿Por qué?

Un estudio derivado de PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea) ya reveló que el consumo de la dieta mediterránea no restringida en calorías y rica en grasas vegetales no conducía a un aumento de peso. El estudio se publicó en 2016.

La dieta rica en frutos secos conducía a conseguir una pequeña reducción de peso y un menor aumento de la circunferencia de la cintura. Así era en comparación con una dieta control basada en consejos para reducir la grasa de la dieta.

Estos resultados son importantísimos en una Europa en donde la obesidad se ha convertido en una epidemia. En España, el 70 % de la población tiene sobrepeso y un 30 % sufre de obesidad.

Así, esta investigación ya apuntó en su día a que los frutos secos no engordan.

Investigación

En la investigación que realizó Predimed, los 7.447 participantes fueron distribuidos en tres dietas al azar. Dos de ellas eran dietas mediterráneas, ricas en grasa vegetal, una suplementada con aceite de oliva virgen extra y otra con frutos secos.

Al tercer grupo se le asignó a la dieta convencional recomendada para la prevención cardiovascular, una dieta baja en todo tipo de grasas. El estudio se prolongó durante cinco largos años. En su conjunto, los participantes en los tres grupos perdieron peso.

El grupo que siguió la dieta mediterránea enriquecida con aceite de oliva fue el que mayor reducción de peso registró (0,88 kg). Le siguió el de la dieta baja en grasas (0,60 kg) y el grupo de frutos secos (0,40 kg).
Igualmente, hubo un incremento de la circunferencia de la cintura en los tres grupos. Fueron menores incrementos los que se registraron en el grupo de la dieta con frutos secos (-0,94 cm) con respecto al grupo de la dieta con aceite de oliva y a la dieta baja en grasas.

Conclusión: los frutos secos no engordan. Para convenceros os invito a que leáis esta entrevista que Diario Médico realizó al doctor Ramón Estruch, investigador del Ciberobn en el Hospital Clínic. (CIBERobn).

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