Variedad y pie del almendro influyen en su rentabilidad
La variedad y el pie del almendro influyen en su rentabilidad. Al menos así queda demostrado en una experiencia piloto llevada a cabo por Crisol y Arboreto (Crisolar) en Valderrobres.
Con las nuevas plantaciones realizadas en regadío, los secanos han quedado muy relegados. Y eso a pesar de la importancia que la agricultura de secano tiene en el sector agrario. Normalmente, el cultivo del almendro en secano está relacionado con bajas producciones y menores rendimientos por hectárea. Pero no siempre es así.
Los secanos también pueden dar unas importantes productividades. “Existen plantaciones de secano con unos rendimiento por hectárea interesantes y con unos resultados económicos aceptables. Así lo han demostrado algunas de las plantaciones en las que Crisolar ha realizado o participado, una de ellas en Valderrobres.
En una finca experimental se han introducido distintas variedades de almendro, cada una con distinto pie. Los resultados evidencian que determinadas variedades se comportan muy bien en los secanos.
Proyecto piloto
“Acogiéndonos a los Planes de Desarrollo Rural de Aragón realizamos una plantación en Valderrobres a finales de octubre del 2011. Y compartiendo una parcela de almendro de 18 años de las variedades Ferragnes y Ferraduel sobre pie hibrido (GF-677)”, señalaron desde la organización. Con los árboles “injertados a 80 centímetros de altura en campo, sobre las ramas madre que conforman el vaso, la producción media estimada ha sido próxima a los 1.500 kilos por hectárea en cáscara en los siete primeros años desde la plantación”. En la zona, la pluviometría media en un año normal es superior a 500 litros por metro cuadrado (l/m2), pero en los últimos años se ha registrado un déficit anual cercano a los 100 (l/m2).
Con una productividad media de 1.500 kilos por hectárea queda demostrado que la variedad y pie del almendro influyen en su rentabilidad.
Técnica de laboreo
La técnica de cultivo practicada fue un laboreo mixto, con calles labradas y líneas con herbicida con dos aplicaciones al año. Se realizaron tres pases de cultivador de febrero a junio. También un abonado en febrero de aproximadamente un kilogramo por árbol. En mayo se eliminaron los chupones y se realizó una poda temprana (octubre y noviembre) estructurada en vaso de tres ramas y pisos.
Asimismo, en esta misma parcela se realizaron dos tratamientos fitosanitarios con insecticida para los pulgones de forma temprana y aplicaron uno o dos fungicidas para el cribado y la mancha ocre, dependiendo de la humedad en primavera. La recolección se llevó a cabo mediante paraguas invertido.